Podría resultar extraño pensar que el premio Nobel de Física 2014, otorgado a Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura, se haya materializado en el hallazgo de un objeto de uso tan común como una bombilla.
Pero si esa bombilla, debido a su bajo consumo, pudiese proporcionar electricidad a 1.500.000 habitantes del planeta tierra que no tienen acceso a redes eléctricas mediante placas solares entenderíamos con facilidad la magnificencia del invento. Este es solo uno de los logros que se podría llevar a cabo mediante las luces LED. En el siguiente vídeo introductorio podremos conocer más beneficios:
El impacto medioambiental mundial producido por la contaminación, el gasto energético global y la explotación desconsiderada de recursos naturales es una de las mayores preocupaciones de la comunidad internacional y nos afecta a todos. En este contexto es indispensable sustentar un consumo responsable que permita satisfacer nuestras necesidades sin afectar al desarrollo de las necesidades de las futuras sociedades. Especificando sobre los beneficios de las luces LED que aparecen en el vídeo anterior, habría que añadir que:
- No contienen tungsteno ni tóxicos.
- Tienen una vida media de 100.000 horas, unos 30 años con un alto rendimiento.
- Son menos contaminantes; reducen las emisiones de CO2 en un 80% respecto al resto de bombillas.
- Las luces LED ofrecen una gama de modalidas cromáticas especializada segun el espacio a iluminar y son muy versátiles.
El ahorro energético también se traduce en un ahorro económico en la factura de la luz. Las bombillas incandescentes consumen diez veces más vatios que una LED mientras que una fluorescente consume el doble.
Las ventajas de esta luz revolucionaria constituyen un avance tecnológico y humano sin precedentes que, a su vez, se va incorporando a nuestro modo de vida de forma paulatina. Las bombillas LED garantizan que la creencia y la necesidad de un mundo sostenible que revierta en las futuras generaciones no se apague.
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